Los desfibriladores automáticos son equipamientos que tienen una gran relevancia para salvar vidas. Si bien su existencia es popular, no lo son tanto sus detalles, que no dejan de ser claves para que proporcionen sus beneficios. Por lo tanto, te invitamos a que recorras esta guía para sacar conclusiones significativas acerca de estos aparatos. Conocerlos puede significar sacarles todo su rendimiento, que es mucho. Presta atención.
¿Qué es un DEA y para qué sirve?
Hemos de señalar que un DEA o desfibrilador automático emite descargas eléctricas que tratan de regular, cuando se ha producido una parada, el ritmo cardíaco normal. Están compuestos por un condensador de energía, un analizador del ritmo cardíaco y los parches adhesivos. Estos se ponen en el pecho y sirven para administrar las descargas.
Un algoritmo es capaz de identificar cuándo son necesarias estas descargas, lo que facilita el trabajo del usuario. Cuando se reconocen las arritmias (taquicardias y fibrilaciones, básicamente), las descargas tienen la función de restauración del ritmo cardíaco.
En definitiva, los desfibriladores automáticos salvan vidas. Estos elementos de primeros auxilios no pueden faltar al menos en los espacios públicos más concurridos. Y, una vez instalados, cuantos más sepamos cómo utilizarlos, mejor para nuestra seguridad.
¿Cómo funcionan los desfibriladores automáticos?
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Lo primero que has de hacer es seguir con la reanimación y las compresiones en el pecho. Un ayudante, por su parte, activará el aparato y pondrá los parches adhesivos sobre el afectado.
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Cuando el desfibrilador aconseja las descargas, carga y aléjate del paciente.
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Continúa con la reanimación propia de la RCP.
¿Qué diferencia hay entre un DEA y un DESA?
Aunque existen más clases de desfibriladores, como podrás comprobar en el próximo apartado, la principal distinción que nos conviene realizar es entre los conocidos como desfibriladores externos automáticos (DEA) y desfibriladores externos semiautomáticos (DESA).
Los DESA o desfibriladores más comunes en determinadas instalaciones de nuestro país, se caracterizan por no automatizar sus funciones. Si bien el aparato es el que se ocupa de analizar el ritmo cardíaco, es el usuario quien tiene que decidir cuándo se efectúan las descargas. En este sentido, tienes que apretar el botón pertinente cada vez que sea
