Las mascarillas de oxígeno y las gafas nasales son los medios más habituales para la administración del oxígeno a bajo flujo.

Ambas se adaptan fácilmente a nuestra fisionomía y son muy practicas de usar, ya que nos permiten conectarlas a las distintas fuentes de oxígeno ya sea a través de botellas de oxígeno medicinal o un concentrador de oxígeno estático o portátil.

La proporción de oxígeno en la mezcla de aire inspirado (Fio2) varía en función del tipo de mascarilla o si utilizamos gafas nasales. En la imagen inferior observamos cuándo es mayor o menor el Fio2 en función del tipo de instrumental que utilicemos.

Esto no quiere decir que dentro de las mascarillas de oxígeno y las gafas nasales unos dispositivos sean mejores que otros, simplemente es que se adaptan a las necesidades de cada caso o paciente.

Gafas de nasales

Las gafas nasales son un instrumento formado por un tubo plástico y flexible terminado en dos puntas que se adaptan perfectamente a las fosas nasales, creando el circuito por que circula el oxígeno.

Los tubos de conexión pueden ser rectos o curvos, así como de diferente tamaño. Todo esto variará en función de si el paciente es adulto o pediátrico y, también, de la función de uso requerida.

El flujo es continuo y se regula únicamente a través de la fuente de oxígeno.

La principal ventaja de las gafas nasales es que permiten hablar, comer o dormir sin interrumpir el flujo de oxígeno.

¿Cómo se utilizan las gafas nasales?

Partiendo de que ya las hemos conectado a la fuente de oxígeno, introduciremos los dos tubos pequeños de la cánula en las fosas nasales. Después pasamos los tubos de la cánula por encima de las orejas y ajustamos con el pasador, dejándolo bajo de la barbilla.

Gafa nasal pediátrica con vástago curvo | Iberomed

 

Mascarillas de oxígeno

Las mascarillas de oxígeno son dispositivos de plástico transparente que cubren la boca, la nariz y el mentón. Disponen de unas cintas elásticas que permiten ajustarlas al rostro simplemente adaptando dichas tiras por la parte posterior de la cabeza.

Las variantes más habituales son:

  • Mascarilla de oxígeno Simple, permite llegar hasta el 60% de oxígeno. Para garantizar el porcentaje de concentración adecuado, es importante adaptarla lo mejor posible a la fisionomía del rostro.
  • Mascarilla de oxígeno Venturi, proporciona un mayo control de la concentración de oxígeno, normalmente  entre el 26% y 50%

mascarillas y % de oxigeno

Las mascarillas de oxígeno y gafas nasales son dispositivos fundamentales para la administración de oxigenoterapia en pacientes que requieren un suministro constante de oxígeno. Estas herramientas están especialmente indicadas en casos de insuficiencia respiratoria o recuperación postoperatoria. Para garantizar una terapia completa, es importante contar con botellas de oxígeno medicinal, que permiten un suministro continuo y eficiente de oxígeno en situaciones críticas o tratamientos prolongados.

Lo ideal es saber que existen estas opciones, pero siempre debemos consultar con un profesional sanitario para que nos indique cuál es la más adecuada a nuestro caso.

Saludos desde Iberomed!!